Claudia Robles: presente y futuro del ajedrez español

Como se dice en las películas: la vida es una caja de sorpresas. No me quedó más remedio que aceptar esa gran verdad cuando conocí que aquella chica tímida que había compartido novatadas residenciales conmigo, era una campeona de ajedrez a nivel mundial. Evidentemente, una de las primeras entrevistas que se me pasó por la cabeza a la hora de abrir este blog fue hacerle una entrevista para que me contase más sobre su pasión, para que me contase que se siente al tener 19 años y estar divida entre los estudios universitarios y el ajedrez.

P: ¿Cómo comenzaste en el mundo del ajedrez?

R: Cuando tenía 8 años hubo un torneo de ajedrez en mi colegio. Me quedé impresionada con una partida simultánea, en la que un jugador se enfrentaba a la vez a 20 contrincantes. Me gustó tanto, que nada más volver a casa le pedí a mi padre que me explicase que era aquello de las piezas, y así, aprendí a jugar.

P: ¿Y cómo llegaste al ajedrez a nivel profesional?

R: Comencé jugando en las categorías femeninas inferiores de Andalucía, y el primer año ya conseguí quedar campeona. Poco a poco fui subiendo en los ránkings, y he conseguido quedar campeona de España en 5 ocasiones, he disputado 6 Mundiales Junior y también varios Europeos.

P: ¿Qué tal fue tu experiencia en estos grandes torneos?

R: La verdad es que fueron momentos inolvidables, de los que guardo muchas anécdotas. En un europeo tenía la opción de quedar plata si conseguía la victoria, y bronce con tablas. Me pidieron tablas y yo renuncié. La verdad es que ahora me arrepiento, porque después de que me hubiesen pedido tablas perdí la partida. No obstante, la vida es riesgo, y el ajedrez también.

P: ¿Y cuáles son tus próximos retos?

R: Voy a entrar a formar parte del equipo olímpico (senior), por lo que estoy muy ilusionada. Además voy a fichar por un club de Madrid para la próxima temporada. La verdad es que me da pena por antiguo club, pero me es imposible ir hasta Andalucía todos los fines de semana para jugar, ahora que vivo en Madrid.

P: Hablando de tu nueva vida, ¿te cuesta compenetrar lo estudios con el ajedrez?

R: Es muy duro, y ahora mucho más porque he empezado la universidad. El estudio me roba mucho tiempo, por lo que entreno menos que otros años, pero siempre intento entrenar entre 4 y 8 horas semanales. Además, cada vez que voy a casa aprovecho, porque allí tengo otro entrenador.

P: Entrando en temas un poco más espinosos, ¿consideras al ajedrez un deporte?

R: Es un tema muy complicado, y mucho más ahora, que la Federación Internacional está intentando convertirlo en deporte olímpico para poder recibir más subvenciones. En mi opinión, aparte del deporte mental reconocido por todos, el ajedrez es una mezcla entre deporte, arte y ciencia. Es deporte porque los ajedrecistas de élite han de estar en forma. En los finales de partida debes de tener una buena forma física para poder controlar tus pulsaciones, y poder pensar de la manera más adecuada. Es arte, no me cabe ninguna duda. Y la relación con la ciencia le viene de la música y de las matemáticas. El ajedrez es un compendio de éstas tres.

P: ¿Cuál crees que es la capacidad más importante que debe tener un buen ajedrecista?

R: Es un compendio, pero esencialmente la paciencia, es algo que a mí aún me cuesta dominar. Es lo primero que le enseñamos a los niños que juegan por primera vez. Pero para jugar bien, también son necesarios el coraje y la determinación. El buen ajedrecista debe ser, en esencia, alguien muy completo.

P: Mirando un poco tus estadísticas, he observado que, curiosamente, tienes un mayor porcentaje de victorias con las blancas que con las negras, ¿por qué?

R: La verdad es que todo viene de mi estilo de juego. Siempre he sido una jugadora muy arriesgada (quizá demasiado), a la que siempre le ha gustado más el juego de ataque. Por ello, las blancas combinan más con mis estilo de juego, puesto que son las que, gracias a que salen primero, tienen la iniciativa en la partida.

P: Antes me dijiste que no llevabas muy bien eso de la paciencia, sin embargo, las partidas de ajedrez profesional suelen durar entre 4 y 8 horas.

R: La verdad es que a veces me agobio un poco. Por ejemplo, nunca olvidaré el día de mi 18 cumpleaños, ya que, me lo pasé jugando al ajedrez. Estuve 12 horas jugando con sólo un pequeña pausa para comer de 15 minutos. Fue verdaderamente agotador.

Así, el tiempo se pasó volando, tanto a entrevistador como a entrevistada. La simpatía y el buen hacer de Claudia quedarán pasa siempre en mi memoria, y nos despedimos hasta el próximo café. Así nos despedimos, un proyecto de periodista, y mi compañera de Residencia: la quinta mejor jugadora de ajedrez de España.